Narcotráfico en Rosario: la violencia se concentra en el 11% del territorio con el temible despliegue de sicarios y tiratiros
Los barrios de la periferia de la ciudad son los más afectados. Aníbal Fernández se diferencia de Frederic y decidió reforzar la seguridad rosarina a raíz del número creciente de homicidios, heridos y tiroteos.
Aníbal Fernández tomó una decisión sobre la ola de violencia que atraviesa Rosario: reforzar la seguridad. De esta manera, el nuevo ministro se diferencia de su antecesora, Sabina Frederic que, hace solo veinte días atrás relativizó la ola de tiroteos, heridos y muertes que se registraron en los últimos meses al comparar la tasa de homicidios con la de la Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes oficiales destacaron a que el 40,5 por ciento de los casos de violencia altamente lesiva ocurre en un 11,2 por ciento del territorio rosarino, esto es los barrios de la periferia que acumulan la mayor parte de los homicidios: 166 en lo que va del año. 119 de los crímenes se dieron en vía pública y la mayoría (99) está ligado a un contexto de economía ilegal o alguna organización.
Diferentes actores de la seguridad en Rosario explican que los asesinatos, que son cometidos en gran parte al estilo del sicariato, no siempre están íntimamente o directamente ligados al narcomenudeo o a la lucha por el territorio, si no también a una forma violenta de resolver conflictos interpersonales que es, cada vez, más común. Las bandas extendieron su dominio a otros delitos como el juego ilegal y las extorsiones, un combo en el que ganó presencia el rol de los tiratiros, cuyas tarifas varían según el blanco, lugar y grado de “profesionalización” en la tarea. A diferencia de los “killers”, este tipo de servicio (tirotear viviendas) que venden las organizaciones no termina con un homicidio, sino que se trata de una advertencia.
Todo ocurre en una porción del territorio ajena a los puntos turísticos o de clase media y alta rosarina, lugares que están siendo fuertemente custodiados por agentes de fuerzas federales, principalmente Prefectura y Gendarmería, a los que esta semana se comenzaron a sumar federales. En cambio, el interior los barrios tomados por la violencia no cuentan con la presencia nacional.
Por el momento, el ingreso a las zonas más vulnerables parece estar destinado solo a la Policía de Santa Fe, que ejecuta hace un mes operativos de saturación como método disuasivo y de prevención. Un contexto de violencia que desborda y que ahora el Gobierno intentará contener con mayor presencia policial.
Una postal que resume el escenario que se respira en Rosario es la imagen actual de Centro de Justicia Penal, blanco de varios tiroteos y lugar en el que se desarrolla el juicio a los dos capos narcos que se disputan el territorio: el sanguinario Ariel Máximo “Guille” Cantero y el digitador Esteban Lindor Alvarado. El edificio, en la actualidad, está siendo custodiado por 100 efectivos y está blindado con vallas.
Ambos están presos, pero volvieron a ser procesados, detenidos y condenados por diferentes delitos. La facilidad que tienen ambos para dar directivas a sus brazos armados fuera de la cárcel, es motivo de preocupación del Ministerio Público y de la Procunar. Eduardo Casal y Diego Iglesias presentaron en ese sentido un informe que adelantó TN.com.ar.
Fernández, anunció este martes el despliegue de 575 efectivos de fuerzas federales entre los próximos 15 y 20 días, como así también la creación de una unidad móvil de Gendarmería, dedicada a la inteligencia criminal para combatir a las organizaciones narcocriminales, tras una reunión que mantuvo en Casa Rosada junto al gobernador Omar Perotti, de la cual participaron el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el titular de la cartera de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
Estiman que de este mes a marzo próximo arribarán a la ciudad otros mil efectivos.
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