Mil policías de la provincia de Buenos Aires custodiarán el predio de Guernica para evitar una nueva usurpación

Los partidos de izquierda que participaban de la toma amenazaron con volver al predio. Después del desalojo de esta mañana, el gobernador Axel Kicillof ordenó que se preserve el lugar que la Justicia devolverá a sus dueños

Después del desalojo de las 1.400 familias que permanecían asentadas en el predio de Guernica realizado esta mañana a través de un operativo policial liderado por el ministro de Seguridad, Sergio Berni, el jefe de la fuerza, comisario general Daniel García, y el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, el gobernador Axel Kicillof ordenó que se preserve el predio que será devuelto a sus dueños, tal como ya ordenó la Justicia. Por esa razón, se dispuso que 1.000 efectivos se hagan cargo de custodiar las 100 hectáreas ubicadas en el municipio de Presidente Perón.

La impactante fuerza está compuesta por efectivos de tres grupos especiales: Infantería, sobre quien recayó buena parte de las tareas realizadas en el predio cuando un grupo de personas se resistieron con piedras, palos, botellas y machetes, el Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y la Unidad Táctica de Operaciones Inmediatas (U.T.O.I.).

Este grupo está entrenado para “implementar y coordinar el desarrollo de las actividades operativas, supervisar el cumplimiento de los operativos llevados a cabo con móviles y/o motocicletas identificables, a fin de prevenir y/o disuadir actitudes o hechos delictivos que atenten contra la seguridad pública; llevar un registro de los servicios de seguridad establecidos y poner en conocimiento inmediato de la superioridad, de cualquier novedad de relevancia, que por su magnitud o trascendencia lo amerite”.

La UTOI fue creada en mayo de 2017, durante la gestión de Cristian Ritondo al frente del área de seguridad, y cuando la gobernadora era María Eugenia Vidal. Cuando Berni llegó al Ministerio de Seguridad de la mano de Kicillof, y nombró a García como jefe de la Policía bonaerense, éste recibió la orden del coronel médico de potenciar a las fuerzas especiales dándoles mejor entrenamiento, armamento y vehículos.

En Infantería y en estos grupos especiales se apoyó Berni para resolver, de manera rápida, el desalojo. Y en ellos vuelve a confiar para prevenir una nueva ocupación.

Cada una de las unidades contará en el terreno para desplegarse con motos, camionetas y cuatriciclos. También se armarán carpas de campaña y un tendido de luz provisorio para iluminar la zona. Quieren prevenir ser sorprendidos por algún grupo de izquierda que prometió regresar al lugar.

Las unidades de tierra estarán apoyadas por aire por los tres helicópteros de la Policía provincial que durante las últimas semanas sobrevolaron la zona para “realizar reconocimientos”. Ahora observarán las zonas aledañas para detectar cualquier tipo de movimientos extraños. Lo mismo realizarán con los drones.

La decisión política de cumplir con la orden judicial de desalojar la toma, que había ordenado el juez Martín Rizzo, contó con el apoyo explícito del gobernador, que desde la madrugada comenzó a recibir los reportes que le enviaba su ministro de Seguridad.

A partir de la dos de la madrugada Berni ya había comenzado a desplegar a los más de 4.000 efectivos, hacia Guernica. Muchos de ellos ya estaban acantonados cerca del municipio de Presidente Perón.

Conociendo el impacto mediático que tendría la imagen de la Bonaerense ingresando a la mayor toma del Conurbano, Kicillof se había comunicado anoche con el presidente Alberto Fernández para informarlo de la novedad. “Dialogamos hasta que se nos agotó el tiempo y llegó el momento de cumplir con la orden del juez que nos dio hasta el 30 de octubre”, le comunicó Kicillof.

Más tarde, con la toma liberada, ambos coincidirían en que las personas que enfrentaron a las fuerzas del orden no eran las familias vulnerables que habían tomado originalmente el lugar, sino mayoritariamente militantes de izquierda y de otras organizaciones que ingresaron los últimos días al asentamiento.

En total, según el parte oficial, fueron detenidas 30 personas, todas mayores de edad –21 hombres y 9 mujeres–, que fueron imputadas por “resistencia ofrecida al accionar policial, mediante agresión con piedras, botellas, palos, arma blanca”.

A raíz de la “refriega”, como se describió en el expediente, resultaron heridos de manera leve 50 efectivos y al menos 25 personas fueron atendidas en los hospitales de la zona.

“Predio asegurado y completamente desalojado, sin otras consecuencias”, finaliza el parte policial.

Andrés “Cuervo” Larroque, el ministro de Desarrollo de la Comunidad, quien negoció hasta las últimas horas de ayer con el núcleo más duro de la usurpación para que abandonaran el predio de manera pacífica y voluntaria, ya había informado que más de 700 familias se habían retirado de las modestas casillas y habían aceptado la propuesta de reubicación por seis meses hasta que se les otorguen los lotes definitivos, algo que podría demorar entre 4 y 6 meses.

Otros grupo de familias aceptó retirarse durante la madrugada, cuando la decisión del desalojo ya había trascendido, y otras ocho reciben contención a través del dispositivo interministerial desplegado en el lugar por los funcionarios del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad que aún permanecen con algunos gazebos en la entrada de la ahora ex toma de Guernica.

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