La Unión: cuarentena sin agua potable y con escasez de alimentos

La denuncia de una familia trabajadora de un barrio en Ezeiza refleja la realidad de millones. Viviendo la cuarentena hacinados, sin agua potable y con escasez de alimentos. La salida a la crisis de la pandemia tiene que venir de abajo, en el Aeropuerto ya se están organizando.


Susana, una vecina del barrio Sol de Oro del partido de Ezeiza, nos relata su situación. “Vivimos 10 persona en una misma casa y se nos hace difícil la cuarentena. Estamos usando agua de un pozo que hicimos para poder tomar, limpiar y cocinar, que también le convidamos a los vecinos. Somos conscientes de que el agua está contaminada porque acá en el barrio no tenemos cloacas. Y si bien hay agua corriente y ¡nos la cobran todos los meses! no tenemos todos los días porque no la cortan”.


Las empresas privatizadas de servicios esenciales han hecho fortuna con las tarifas y subsidios del Estado sin invertir si quiera en garantizar un suministro permanente de agua en los barrios. Es básico y urgente que se exima del pago de las facturas para todas las familias trabajadoras en lo que dure la cuarentena, que se garantice el suministro y que los costos corran por cuenta de estas empresas que fueron de las que más ganaron durante el gobierno de Macri. Susana cuenta que “no alcanza para comprar alcohol en gel, ni barbijo, ni guantes, sólo cloro y detergente” y también que “los negocios se están quedando sin mercadería y sin carne, las verduras como la papa y la cebolla se fueron a un precio muy elevado”.

El desabastecimiento se combina con la especulación del lucro de las grandes comercializadoras de alimentos y las empresas transportistas. El bolsón de papa que compran los comerciantes del conurbano tuvo un incremento del 50% en lo que va de la cuarentena. Alberto Fernández habla en los medios sobre medidas severas para quienes infrinjan la cuarentena, siendo que muchos salen para llevar el pan a la mesa. Pero las empresas que especulan con el hambre y la necesidad del pueblo no tienen ningún tipo de control ni sanción.

El relato continúa: “Acá vivimos con el sueldo de mi pareja que es trabajador del aeropuerto de Ezeiza. Mi hija comparte una de las piezas con su marido y sus dos hijos. Él se quedó sin la changa y ella se arregla con la AUH. Pero ni la tarjeta alimentaria les sirve porque no la aceptan en ningún negocio del barrio. Acá sólo se usa efectivo y plata no hay. Así que hay que ir hasta el barrio Vista Linda para conseguir pollo o carne, pero la policía te para y te manda para tu casa”.

El Gobierno anunció el lunes un Ingreso Familiar de Emergencia, son $10.000 que se pagará por única vez recién en el mes de abril. Pero ninguna familia puede vivir con esos ingresos. En enero, según el INDEC, una familia necesitó $40.400 para no ser pobre y $16.500 para no caer en la indigencia; hoy los costos son aún mayores. Se necesita un “salario de cuarentena”, de por lo menos $30.000. Con la plata que el Estado destina en pago de intereses de las Leliq durante 2 meses se podría garantizar.

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